miércoles, 29 de mayo de 2013

Un sueño

A Jorge:
debía publicarlo

Solo pido
soñar
con tus ojos
 y dejar
que tu estrella
se encuentre
en el otro lado
de mi regazo.
Solo soñar
 despertar y
contemplarte
conmigo.
Mientras sueño
con tu abrazo.
No hay otra

forma de pedírtelo. 

El relojero

Les comento que aquí fue publicado recientemente mi cuento "El relojero". Lo podrán leer en este enlace http://www.puntodepartida.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=1426&Itemid=1

y por este medio, les pongo un fragmento:

"Salió de la casa para contemplar la tarde. A los cinco minutos ya era de noche. A los diez minutos había amanecido. En otra casa, eran las tres y media de la tarde. Con la vecina aún no desayunaban. Ni con el panadero comían o con el cerrajero, que era el último en dormir porque tenía dos días sin Luna.

—Creo que es hora de tomar el té —decía con afán de olvidarse de los otros relojes.

En su casa se escuchaban ecos de tic-tac, al mismo tiempo. Decía el relojero que si se escuchaban en coro es que ponía la hora correctamente; de lo contrario estaba más loco. Tenía en su mesa relojes de cuerda con alfabeto katakana, griego y una que otra palabra alemana, que eran las más largas, como “PanchitavonMalcriado” o “Nichtchenada”. El relojero no entendía, ni deseaba, sólo estaba concentrado en arreglar los relojes que tenía en su mira.

De pronto, uno de ellos se oía más lento.

Su tic-tac sonaba después de los demás".

Saludos.