El
polvo cubre una ventana
donde
te veo sonreír
ni
siquiera parpadeo
porque
quiero verte
no
tengo miedo
a los
escorpiones que se meten
en
la entrepierna
ni
a esos pájaros
que
carcomen mis ojos
solo
te veo
en
el reflejo de los peces
en
cualquier montaña
no
quiero parpadear
me
imagino el olor
de
tu piel curtida
hace
tiempo que envejeces
y el
viento no te ayuda
a morder
el anzuelo
del
otro mundo
sigues
vivo
con
tus pies roídos
incluyendo
tu rostro
lleno
de manchas
sin
saber a dónde llegar
a morir
yo
soy la sombra
de
lo que fui
la
que sigue tus pasos
y la
que han sobrepasado
pies
ajenos
muecas
gangrenadas
o cualquier
cosa
que
me provoque
la
ansiedad por
devolver
lo
que jamás he recibido
y tengo
tu huella
en
un precipicio
donde
apenas
se
escucha
respirar
la
roca
que
te cubre el cuerpo
y no
volviste
a caminar.
Mi querida amiga poeta, es un verso extraño e inquietante, surgido de no sé qué abismo de tu ser, dolor, clamor de una existencia flagelada. Te mando un fuerte de abrazo desde esta nada en que muero.
ResponderEliminarHola Cristian: sigo con mis inquietudes, alguna parte de la existencia nació. Abrazos en el otro lado donde ambos morimos, pero aún sonreímos.
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